
Entrevista a César Narganes
Entrevistamos a César Narganes, autor de ¡Deshágase la luz!
¡Bienvenido, César! Antes de nada, tomemos aire y… ¿con qué canción acompañamos esta entrevista?
Galaxy song. Me encantan las canciones de los Monty Python, y si vamos a hablar de ¡Deshágase la luz!, creo que esta es más apropiada que Sit on my face.
Es justo reconocer que ¡Deshágase la luz! es un genial modelo de equilibrio novelístico. En ella encontramos una algarabía de elementos dispares (Chupa-chups, pulpos, trenes voladores, el Vaticano…) que, sin embargo, acaban haciendo “clic”. En otras palabras: el aparente caos resulta ser un caos organizado, con sentido. ¿Cómo ha sido el proceso de creación de semejante edificio?
“Genial modelo de equilibrio novelístico” suena excesivo, pero sí que me gusta, como lector, ver tramas que parecen absurdas o desconectadas entre sí, hasta que llega un punto en el que todo encaja, cobra sentido y entonces tienes la sensación de que no podría haber ocurrido de otra forma. Creo que le da emoción a la lectura, y a la hora de escribir resulta muy divertido. Lo complicado es que hay que tener muy clara la estructura de la trama y yo soy un caos planificando.
La Mallard 4468 pintada de azul Garter es el tronco simbólico de la obra. ¿Cómo llegaste hasta ahí?
Bueno, necesitaba una imagen potente que sugiriera todo lo extraño que ocurre en la novela, que evocara eso que llaman el “sentido de la maravilla”. Las locomotoras antiguas son unos monstruos raros, enormes y ruidosos envueltos en humo y vapor. Si colocas una fuera de su contexto, todo alrededor se vuelve mágico. Y ya has visto ese tren. Es la hostia de bonito.
Las locomotoras antiguas son unos monstruos raros, enormes y ruidosos envueltos en humo y vapor. Si colocas una fuera de su contexto, todo alrededor se vuelve mágico.
En la novela aparece un blog llamado Trains, trains, trains! Fuck yeah!, y cualquier freak que se ponga a investigar (nos ha pasado) no tardará en descubrir que en realidad existe un blog llamado Fuck yeah trains. Todo muy casual. Y así hay varias perlas a lo largo de todo el libro. En resumen: te lo tuviste que pasar bomba documentándote, ¿no?
¡Y tanto! Modelos de autocaravanas, cebos de pesca, parafernalia militar, geografía, astronomía, sociedades secretas… He aprendido mucho sobre un montón de cosas completamente inútiles. Creo que si escribes desde una base real, aunque luego lo transformes todo, queda un poso de autenticidad, y a leer uno tiene la sensación de que todo es (o podría ser) cierto.
He aprendido mucho sobre un montón de cosas completamente inútiles.
En esta misma línea, ¿cómo definiste a los personajes y los espacios? ¿Tienen parangón en la realidad? Esa Valeria con sus “pantalones” bien puestos, ese Enrique tan “propio”…
Los escenarios son absolutamente reales. En fin, no todos, pero incluso los imaginados podrían ser auténticos, porque nadie va a conseguir demostrar que no existen.
Sobre los personajes, creo que todos los escritores extraemos rasgos de gente y personajes que conocemos (reales o ficticios) y luego les damos alguna vuelta de tuerca. Quiero mucho a Valeria y a Enrique, porque no son unos protagonistas perfectos. Valeria tiene carácter, sí, pero es sobre todo mal carácter, y Enrique es un compendio de cualidades negativas, el pobre. Al final, son personas más o menos normales inmersas en una situación anormal que afrontan lo mejor que pueden. Creo que eso los hace entrañables.
Otro de los puntos clave de la novela es el maridaje entre humor y filosofía. Porque aquí, entre risa y guasa, hablas de religión, de creencias, de fe. De cosas potentes: la existencia de Dios. ¿Qué puedes decirnos sobre este “humor metafísico”? ¿Es el humor una vía para dar respuesta a las grandes preguntas?
No sé si el humor puede dar esas respuestas, pero creo es una buena forma de hacer las preguntas. Puede servir para tomar distancia, para replantearse ideas y convicciones profundas quitándoles seriedad. O también puedes contar un chiste tontísimo de pedos, echarte unas risas y que ese sea el mejor momento del día. Lo mismo el sentido de la vida está en los chistes de pedos.
Puedes contar un chiste tontísimo de pedos, echarte unas risas y que ese sea el mejor momento del día. Lo mismo el sentido de la vida está en los chistes de pedos.
A un guion tan sólido y proporcionado no se llega de un día para otro. ¿Cuál ha sido tu rodaje como escritor? ¿Cómo engarzamos esta novela en tu carrera?
Vaya, gracias… Siempre me ha gustado escribir, pero era demasiado vago para pulir lo que escribía. Es decir, me interesaba crear la historia, pero se quedaba ahí, en un primer borrador. Nunca he tenido prisa por publicar. Un día tuve una idea que me pareció lo bastante buena como para intentar perfeccionarla, y acabó siendo mi primera novela. Esta es la segunda, así que mi rodaje aún es escaso, pero voy aprendiendo a reconocer mis puntos fuertes y mis debilidades como escritor. Creo que eso es importante.
¿Cómo ha sido el proceso de edición de ¡Deshágase la luz!?
Pues me he divertido y desesperado a partes iguales. Es genial porque ves como tu proyecto va tomando su forma definitiva, y la verdad es que en Niña loba el trato ha sido genial, muy fluido y fácil. Luego está la parte en la que quieres que todo sea perfecto y eso implica una revisión del trabajo, y otra, y otra, y otra… hasta que asumes que la perfección es imposible, salvo que seas Cate Blanchett.
Para ir cerrando la entrevista y dejar un saborcillo a futuro. ¿En qué proyectos andas enredado actualmente? ¿Nos puedes adelantar algo de tus próximos trabajos?
Estoy trabajando con dos nuevas novelas ahora mismo. Una es una distopía, tan cercana en el tiempo que me da cosica que se vuelva real. La otra es una ficción histórico-fantástica en pleno Renacimiento. La cosa es divertirse escribiendo, y mientras lo haga, no pienso parar.
Completa la frase: los pulpos…
…molan bastante. Estoy por hacerme una camiseta con esa frase.
Muchas gracias por tu tiempo, César. Esperamos que sigas haciéndonos sonreír con tu humor. Y tu metafísica, claro.
Gracias a ti. Es un gustazo formar parte de la familia de Niña loba.

Comparte esto:

Entrevista a Álvaro Sánchez-Elvira

El lenguaje radical
También te puede interesar

Entrevista a Paula Aparicio Cejudo, autora de ‘Lítost o fluir…’
26/06/2020
Entrevista a Luis Zurriaga
02/09/2019